jueves, 21 de octubre de 2010

PRESENTACIÓN DE THE CABRIOLETS EN LA SALA SOL DE MADRID: ESTÉTICA MOD PARA LOS RITMOS MÁS ELÉCTRICOS DEL SIGLO XXI.


Ante una remozada Sala El Sol de Madrid, y rodeados por un buen número de amigos (famosos y anónimos), Bimba Bosé, y su grupo The Cabriolets, presentaron su último disco Close con un ritmo frenético y electrizante como muestra de su apuesta por la inmediatez y naturalidad, lo que bien les podría valer el calificativo de los nuevos naturistas del sonido pop-rock del siglo XXI.

Nada estuvo dejado al azar, y así, la música de Bowie y entre otros su tema Absolute Beginners, amenizaron la larga y tensa espera como cartel sonoro de lo que nos esperaría más tarde. El concierto comenzó con el tema Classifieds, que enlazaron con Blackmail con un rasgo de púa de guitarra, y que sirvieron como carta de presentación del sonido más suave e interesante del grupo, con claros tintes de sonidos elegantes y con brillos que van desde el mejor Bowie al mejor Paul Weller con su dúo Style Council.

A continuación, retomaron un ritmo más eléctrico, compacto y sin tantos matices, con temas como Pyromaniac y Fast & Slow antes de llegar a ese nuevo destello de luz y sonido que es Diamonds, canción que nuevamente nos devuelve a ese estilo urbano e industrial de finales de los setenta y principio de los ochenta. Llegaron a su faceta más oscura con Crepuscular, para después regalarnos la mejor canción de Close, que no es otra que Now & Here, donde los matices sonoros vuelven a llenar la música del grupo con grandes resonancias del mejor pop inglés de los años ochenta (que cada cual busque aquí a su grupo favorito). Enseguida recuperaron el ritmo (casi sin aliento) al interpretar uno de los cortes de su anterior álbum Demo: The Law of Withdrawal en una versión muy rítmica y a la que Bimba hizo ganar enteros con sus movimientos. Luego llegó Tenderizer y finalizaron con Shining, versioneando la canción del disco con derivaciones rítmicas muy interesantes, y extendiendo su ejecución, con lo que creo fue la fusión con su tema Close, y en el que el grupo se vació sobre el escenario.

Si la parte musical del cuarteto se muestra muy compacta con tan sólo una guitarra (que se complementa a la perfección con los ritmos del bajo) una batería y un bajo, mención aparte merece sin duda Bimba Bosé, que más allá de su famoso apellido, nos dio un gran recital en cuanto a su capacidad para cantar y saber estar sobre un escenario, con una soltura digna de la mejor profesora de lenguaje corporal del momento, con movimientos rítmicos, espídicos y auto inducidos o simplemente dibujados en el aire, que en algún caso nos podían retrotraer a los de Michael Jackson con sus mocasines negros (ella y yo debíamos ser los únicos presentes con ese tipo de calzado) y que elevan muchos enteros el valor de un grupo que busca encontrarse con un sonido y un lugar propios en el panorama musical español, y si no cambian, a buena fe que lo conseguirán.

Los bises comenzaron con la nana Beauty in Vogue (el tema más tierno del álbum) y claras reminiscencias francesas, y la versión del famoso tema Venice Beach, para terminar con un prolongado People para deleite de los allí congregados.

The Cabriolets, ayer ganaron la partida a los escépticos que sólo ven un grupo con cara conocida, y se postularon como los abanderados de un sonido contundente, directo y sin más artificios que la fuerza de su naturalidad.

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